
Desde la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género (que va a cumplir ya 4 años) se ha avanzando mucho en la lucha contra la violencia de género, se han logrado grandes avances en todos los campos; aunque quedan cosas por mejorar, como la necesidad de coordinar mejor los recursos existentes, o la necesidad de intensificar la colaboración y cooperación entre el Estado y las Comunidades Autónomas.
Pero el éxito de Leyes como no será tal si no cuenta con un apoyo y voluntad social completo y sin fisuras. Las normas han de emanar de la sociedad, impregnar a quienes van dirigidas y ahondar y enraizar en su memoria colectiva. Son los derechos básicos de ciudadanía y debe ser la ciudadanía la que los defienda.
Por eso, un día como hoy, debemos recordar a aquellos ciudadanos y ciudadanas que luchan y seguirán luchando por devolver la dignidad a las mujeres que, por el mero hecho de serlo, sufren la mentalidad posesiva, machista y a veces les cuesta la vida. Tener presente hoy a aquellos ciudadanos y ciudadanas que, sintiendo la terrible injusticia que para las víctimas supone la violencia de género, intentan cambiar las mentalidades opresoras y represivas de los maltratadotes. Aquellos que tanto desde los estamentos sociales como desde sus propias casas, hacen recuperar a las víctimas de violencia de género la libertad que les es negada y a la que todos los seres humanos tenemos derecho.
Algunos tienen nombres y apellidos como: Daniel Oliver, una joven vida que se truncó por defender a una mujer que estaba siendo maltratada en Valencia y que murió en diciembre de 2007, y Jesús Neira, que ha sufrido y está sufriendo un largo proceso de recuperación tras una brutal agresión inflingida por defender a una mujer agredida en Madrid. Hay otros que no conocemos sus nombres pero sabemos que están entre nosotros, luchando para devolver la libertad, la dignidad y la justicia a las mujeres víctimas de violencia de género.

Todos ellos deben ser referentes, personas que orienten nuestras voluntades; para así, erradicar, entre todos, esta lacra social y recuperar nuestra calidad de ciudadanía digna y libre, en igualdad plena.
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