martes, 13 de septiembre de 2011

Una Decisión Importante




Afrontamos una nueva etapa, un momento donde los estados de ánimos, las preferencias o simpatías debemos dejarlas a un lado, un tiempo donde debemos contestarnos a una simple pregunta: ¿quién queremos que gobierne España durante los próximos cuatro años? ¿Quién queremos que guíe este país en un momento de muchas dificultades? ¿Rajoy o Rubalcaba? Y la respuesta es rápida: Rubalcaba.
Las próximas elecciones van a ser difíciles y donde nos jugamos mucho. Somos conscientes de que la crisis económica ha sacudido duramente a las sociedades desarrolladas, con efectos muy negativos, como el desempleo y somos conscientes y entendemos, que los ciudadanos estén enfadados con la clase política porque consideran que somos culpables de su situación.
Es pues el momento de reforzar el liderazgo político y la importancia de la política; porque ahora la política si importa y mucho. Porque, si fue posible construir un espacio de bienestar en el contexto europeo fue por decisiones políticas; si asistimos hoy a los efectos de un mercado completamente desregularizado, es porque hubo decisiones políticas; si en España disfrutamos de un estado del bienestar como el que tenemos, se debe a decisiones políticas. Por eso la política importa y mucho, pero eso sí, la política no puede hacerla cualquiera.
El Gobierno Socialista ha tenido que acometer medidas duras e impopulares para hacer frente a esta crisis durante estos años, pero jamás ha pasado la línea roja, ha defendido con uñas y dientes la sanidad y la educación pública, y lo vamos a seguir haciendo, como ha señalado el propio Rubalcaba mostrando sus objetivos: el primero y urgente, crear empleo, aunque nuestro crecimiento todavía sea limitado; el segundo hacer de nuestra economía una economía sana y competitiva porque eso garantiza nuestro futuro, lo hace más seguro; en tercer lugar la igualdad de oportunidades, la cohesión social, la lucha contra la discriminación que son nuestros valores; y en cuarto lugar lo que nos piden, hacer las reformas que la democracia necesita.
Por tanto, debemos acertar con la respuesta, pensar en quién nos ofrece confianza, propuestas, credibilidad y seguridad para avanzar los próximos cuatro años y quién sólo está preocupado por ocupar un asiento en la Moncloa.

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