Con la excusa de la
crisis, el PP se ceba con la educación pública: sube ratios, suprime unidades, recorta profesorado
y presupuestos, demora pagos, suprime programas, quita servicios
complementarios y, sobre todo, ataca la diversidad.
Y ahora, propone una Ley
Educativa, LOMCE, que se basa en principios ideológicos que buscan una sociedad
más competitiva entre sus miembros, que no garantiza la igualdad de
oportunidades para tod@s y que beneficia exclusivamente al excelente,
perdiéndose la equidad que en la actualidad tiene el sistema educativo español.
Una norma que concibe la
educación como bien de mercado, como un producto de alto beneficio a bajo
coste. Los alumnos pasan a ser clientes,
en función de su poder adquisitivo, su origen y “talento” pueden o no acceder a
unos u otros servicios. Los centros educativos pasan a ser empresas bien
jerarquizadas pendientes de su posición en el ranking y de la captación de
clientes. La evaluación, pasa a ser una presión; con lo cual a más y más
presión mejores resultados aun con menos y menos recursos. El proceso
educativo, una eterna preparación para examen. El profesorado, meros
proletarios que deben aplicar los programas al dictado, y a trabajar más por
menos y con menos.
Y es que la LOMCE
responde a una obsesión de la derecha: compartimentar y segregar al alumnado.
Segregar según el nivel de conocimientos, por la elección de educación en
valores frente a religión, e incluso segregar por sexos, favoreciendo a los
centros que optan por separar a niños de niñas. Además se olvida del
profesorado; no plantea nada sobre incentivos a través de una carrera
profesional, la garantía de la jubilación anticipada o la propia promoción
profesional.
Así que NO a la LOMCE,
porque no aporta soluciones a los problemas educativos, sino que va a crear
otros muchos y muy graves, que se olvida y desconfía del profesorado, que su
memoria económica para esas mejoras que dice pretender es -6.300M€ (que son lo
que ya van recortados).
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