viernes, 30 de agosto de 2013

Una Pequeña Reflexión...


Siguiendo los medios de comunicación me alarmo pensando en la crisis de valores que estamos sufriendo la sociedad española en esta etapa de la historia. Y me explico con dos noticias que se vienen repitiendo, no sé si porque son de interés o simplemente porque hay que rellenar periódicos en agosto.
Una es la noticia que condena, con poca contundencia,  fotografías donde aparecen jóvenes de Nuevas Generaciones haciendo apología del franquismo (con bandera anticonstitucional y brazo en alto); y otra que el Gobierno de este país en crisis, con un paro que supera el 26%, bajo la presión inhumana del gran lobby económico que nos gobierna, con familias reagrupadas bajo un techo para socializar la pobreza , ha decido invertir 215.000€ en restaurar el Valle de los Caídos. Y recordamos que fue el PP, cuyos cachorros muestran la simbología que aboga por una sociedad donde impera la desigualdad, el terror y la barbarie, quién dio carpetazo cuando llegó al gobierno a la comisión de expertos que pretendía eliminar el carácter sagrado con que este monumento se construyó.
Mi reflexión sobre estos acontecimientos que van sucediendo me demuestran que estamos perdiendo los hitos sociales y políticos que tanto han costado conseguir. En dos años se ha deshecho más de la mitad de lo que se tardó en construir durante los 40 años de democracia.
Y se debe a que tenemos un partido en el Gobierno que no ha condenado el franquismo, que no condena las actitudes y apologías de este régimen dictatorial que sus jóvenes realizan sin ningún tipo de pudor, que destina dinero público para restaurar un símbolo franquista mientras niños de este país comienzan a sufrir malnutrición. Y me preocupa mucho esas voces que empiezan a surgir que dan legitimidad a un régimen asesino y devastador, me refiero a esos  historiadores y tertulianos que defienden tesis nada objetivas quitando legitimidad a la Segunda República para como dice Juan Sisinio Pérez Garzón “resucitar viejas consignas falangistas y nacionalcatólicas para negar todo el programa reformista de la Segunda República española y, de paso, negarle credenciales democráticos al actual sistema político”.
¿Qué es lo que nos pasa como sociedad? ¿En qué hemos fallado? ¿Serían posibles situaciones de apología de un régimen que dejó a miles de ciudadanos en las cunetas en otros países?

El futuro se nos presenta incierto pero es necesario saber qué sociedad queremos construir para que al menos las generaciones futuras puedan ver la utopía soñada. Defender valores y logros sociales debe ser la verdadera revolución del siglo XXI.

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