La lucha contra el hambre ha de ser entendida como la condición indispensable para el desarrollo, y debe ser una prioridad y responsabilidad urgente de los países donantes.
La finalidad del Gobierno de Zapatero debe ser pues seguir gestando medidas para mitigar un problema que perjudica especialmente a los países más empobrecidos, ya que en los últimos tres años, el valor del trigo, maíz y arroz (dieta básica de casi la mitad del planeta) se ha disparado, impulsando un alza total en el precio de los alimentos del 83%. Esta situación tan preocupante, ocasionada principalmente por el alza del precio de los combustibles, perjudica a los países más pobres, ya que los alimentos pueden llegar a suponer hasta el 80 por ciento de su renta. Además, según el Banco Mundial, el alza de los precios de los alimentos puede provocar altercados violentos en unos 33 países y según datos de la FAO, actualmente 37 países están en crisis alimentaria.
Cabe destacar también, que en los últimos 30 años, los 49 países más empobrecidos del mundo pasaron de ser exportadores a importadores netos de alimentos y la factura por la importación de cereales para los países de ingresos más bajos, aumentará un 56% en 2008 tras haber crecido un 37% en 2007.
Por tanto, entre las medidas llevadas a cabo por el Gobierno de España para luchar contra el hambre, destaca el incremento de nuestras contribuciones al Programa Mundial de Alimentos de 6,7 millones de dólares en 2003 a 40 en 2008. Asimismo, y tras el reciente llamamiento de Naciones Unidas, nuestro país ha aumentado su contribución en siete millones de dólares, con lo que llegaremos hasta los 47 millones este año, siete veces más que en 2003.
Suficientes razones para que el Gobierno Central mantenga e incremente su compromiso de solidaridad internacional y continúe trabajando de forma coherente, conjunta y coordinada con la UE, las instituciones financieras multilaterales y Naciones Unidas, especialmente con la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Es decir, hemos de seguir trabajando tanto con los actores internacionales como nacionales, dentro de una estrategia a largo plazo para dar cobertura a esta crisis y prever posibles reapariciones de la misma en el futuro.
Esta situación y la visión política del PSOE han hecho que en la pasada Cumbre Mundial de la Alimentación, celebrada en Roma los días 4 y 5 de junio, el Gobierno español se comprometiese con una ayuda de 500 millones de €.
La finalidad del Gobierno de Zapatero debe ser pues seguir gestando medidas para mitigar un problema que perjudica especialmente a los países más empobrecidos, ya que en los últimos tres años, el valor del trigo, maíz y arroz (dieta básica de casi la mitad del planeta) se ha disparado, impulsando un alza total en el precio de los alimentos del 83%. Esta situación tan preocupante, ocasionada principalmente por el alza del precio de los combustibles, perjudica a los países más pobres, ya que los alimentos pueden llegar a suponer hasta el 80 por ciento de su renta. Además, según el Banco Mundial, el alza de los precios de los alimentos puede provocar altercados violentos en unos 33 países y según datos de la FAO, actualmente 37 países están en crisis alimentaria.
Cabe destacar también, que en los últimos 30 años, los 49 países más empobrecidos del mundo pasaron de ser exportadores a importadores netos de alimentos y la factura por la importación de cereales para los países de ingresos más bajos, aumentará un 56% en 2008 tras haber crecido un 37% en 2007.
Por tanto, entre las medidas llevadas a cabo por el Gobierno de España para luchar contra el hambre, destaca el incremento de nuestras contribuciones al Programa Mundial de Alimentos de 6,7 millones de dólares en 2003 a 40 en 2008. Asimismo, y tras el reciente llamamiento de Naciones Unidas, nuestro país ha aumentado su contribución en siete millones de dólares, con lo que llegaremos hasta los 47 millones este año, siete veces más que en 2003.
Suficientes razones para que el Gobierno Central mantenga e incremente su compromiso de solidaridad internacional y continúe trabajando de forma coherente, conjunta y coordinada con la UE, las instituciones financieras multilaterales y Naciones Unidas, especialmente con la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Es decir, hemos de seguir trabajando tanto con los actores internacionales como nacionales, dentro de una estrategia a largo plazo para dar cobertura a esta crisis y prever posibles reapariciones de la misma en el futuro.
Esta situación y la visión política del PSOE han hecho que en la pasada Cumbre Mundial de la Alimentación, celebrada en Roma los días 4 y 5 de junio, el Gobierno español se comprometiese con una ayuda de 500 millones de €.
1 comentarios:
si, si, eso está muy bien, pero la casa sin barrer. Ve y pregunta a Caritas por ejemplo porque parece que piensas que ya tenemos todo hecho dentro de nuestras fronteras.
Un programa de ayuda internacional, SI, pero también un programa SERIO para ayudar a mucha gente que por culpa de la crisis que entre todos, izquierda y derecha, habéis fomentado, están pasándolo realmente mal
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