Las fiestas son muy especiales en todos los pueblos, es el tiempo en el que la gente sale a la calle con sus mejores deseos de divertirse y de pasarselo pipa y de olvidarse por unos días de la rutina del resto del año. Es el momento de juntarse con los amigos, con la familia, de ver a los que no viven en Andorra y vuelven para fiestas, llega el momento de bailar, reir, de correr las vaquillas, tirar petardos, montar en la ferias, comprarnos algún complemento tipo gorro, gafas, pañuelo; de tomar vermut, comer y más comer..... e incluso, de ir a la procesión.
En todos los pueblos estas cosas se hacen más o menos igual, pero si por algo destacan las fiestas de Andorra, es por la cantidad y calidad de las peñas. Las peñas, en sí mismas son una gran fiesta. Todo el mundo puede disfrutar en sus locales de la hospitalidad de los peñistas, charrar y conocer a mucha gente, de poder bailar, descansar un ratico, de echar una o más cañas, algún aperitivo, ... y siempre con un buen rollito muy especial. Me atrevo a decir, que las fiestas sin las peñas no serían lo mismo.Además de las peñas, para mí, lo más "vip" de las fiestas de mi pueblo es: el torico de fuego (no me imagino unas fiestas sin ese momento tan especial en la Plaza del Regallo), la subida a San Macario el día de San Macarico (vestidos de peñistas subimos al Patrón a nuestro gran tesoro, el monte San Macario), y las charangas (aunque echo de menos a los Ecos del Cidaco, qué momentos más divertidos hemos pasado con ellos).
Son unas fiestas muy participativas, muy de la calle y donde seguro que toda la gente que participa en ellas se lo pasa bien (los del pueblo y los de fuera), y donde además se hacen muy buenos amigos, poque los andorranos somos gente muy hospitalaria y amiga.
Yo este año, el día del patrón San Macario, por motivos de trabajo estoy fuera de Andorra, y desde fuera se ve todo de otro color, y se acuerda una de lo bien que me lo iba a pasar esta noche... pero en fín, otras vendrán.
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