ENERGÍA SEGURA y LIMPIA
¡¡ SÍ, GRACIAS !!
La situación que vive el pueblo japonés nos vislumbra el encontrar un punto final a esta situación ciertamente preocupante.
Y es que, ante cualquier situación de catástrofe de tipo natural, las personas tienden a encontrar un momento de olvido de la situación que se ha producido y pensar sólo en el reinicio de sus vidas, iniciar desde el punto cero; es decir, se culmina la catástrofe, se analizan los daños producidos y toca intentar reiniciar nuestra vida.
En el caso de una catástrofe nuclear, el problema es que no existe punto cero. No hay capacidad para reiniciar nuestra vida a partir del momento en el que el accidente tiene su punto final, porque sus consecuencias se prolongan durante decenios e incluso siglos o milenios.
Por eso, lo ocurrido en Japón nos obliga a todos a tomar algunas decisiones que, sobre todo, trasladen seguridad, confianza y certeza a los ciudadanos.
Por esta razón, el Grupo Socialista, una vez trascurrido un plazo razonable desde que aconteció el terremoto, ha tomado iniciativas sobre la seguridad de la energía nuclear en nuestro país. La normativa actual en materia de seguridad de centrales nucleares, incluidas las regulaciones sobre residuos y demás, indica que en 18 años nuestro país estaría libre de centrales nucleares, atendiendo al proceso de vida útil que afecta a los reactores en estos momentos en nuestro país. Éste es el punto de partida sobre el que debemos tomar decisiones, decisiones que den sentido al cómo administramos el proceso que va desde el momento actual, con la composición de mix energético que tenemos en nuestro país, con la presencia de generación nuclear, hasta el momento en el que se produciría el cierre de la última de las centrales nucleares. Pero hay que tener en cuenta también cuestiones como el avance tecnológico, la cada vez mayor capacidad de las energías renovables, el camino iniciado hacia un modelo energético limpio, libre de residuos y de emisiones y que sea económicamente viable.
En este proceso, ahora toca centramos aún más, en cuanto a seguridad. Porque lo sucedido en Japón nos obliga a revisar todos los protocolos de seguridad con los que hasta ahora nos regíamos, no sólo en nuestro país, sino también en todos aquellos países que disponen de tecnología nuclear aplicada a la generación eléctrica. Por lo que es necesario un acuerdo internacional, un acuerdo donde se fijen las mínimas condiciones que han de cumplir las centrales nucleares que ya están en funcionamiento y también las que en el futuro se creen en aquellos países que tuviesen la voluntad de incorporar nuevos reactores nucleares.
Para nuestro Gobierno, hay una condición irrenunciable: aquellas centrales nucleares que no superen las pruebas de estrés a las que van a ser sometidas, en función de ese acuerdo internacional de definición del marco de seguridad de las centrales nucleares, deberán ser cerradas con carácter inmediato.
En estos días, prácticamente toda la ciudadanía expresa su preocupación sobre la situación que se está viviendo a nivel mundial. Ante esto, el punto de partida de nuestro país es, por un lado hay un acuerdo de Consejo de Ministros respecto a una central nuclear que ya ha alcanzado su umbral de vida útil, los cuarenta años, y que por lo tanto requiere un tratamiento específico, y por otro, que al resto de centrales nucleares que tienen un calendario de cumplimiento de vida útil situado entre los años 2021 y 2028 habrá que incorporarles esas exigencias en el futuro. Pues es desde este punto del que se toman decisiones para garantizar aún más la seguridad.Y ¿qué piensa el PP? ¿Tu lo sabes? Sigue con su juego: donde dije digo, digo Diego.
Y es que, ante cualquier situación de catástrofe de tipo natural, las personas tienden a encontrar un momento de olvido de la situación que se ha producido y pensar sólo en el reinicio de sus vidas, iniciar desde el punto cero; es decir, se culmina la catástrofe, se analizan los daños producidos y toca intentar reiniciar nuestra vida.
En el caso de una catástrofe nuclear, el problema es que no existe punto cero. No hay capacidad para reiniciar nuestra vida a partir del momento en el que el accidente tiene su punto final, porque sus consecuencias se prolongan durante decenios e incluso siglos o milenios.
Por eso, lo ocurrido en Japón nos obliga a todos a tomar algunas decisiones que, sobre todo, trasladen seguridad, confianza y certeza a los ciudadanos.
Por esta razón, el Grupo Socialista, una vez trascurrido un plazo razonable desde que aconteció el terremoto, ha tomado iniciativas sobre la seguridad de la energía nuclear en nuestro país. La normativa actual en materia de seguridad de centrales nucleares, incluidas las regulaciones sobre residuos y demás, indica que en 18 años nuestro país estaría libre de centrales nucleares, atendiendo al proceso de vida útil que afecta a los reactores en estos momentos en nuestro país. Éste es el punto de partida sobre el que debemos tomar decisiones, decisiones que den sentido al cómo administramos el proceso que va desde el momento actual, con la composición de mix energético que tenemos en nuestro país, con la presencia de generación nuclear, hasta el momento en el que se produciría el cierre de la última de las centrales nucleares. Pero hay que tener en cuenta también cuestiones como el avance tecnológico, la cada vez mayor capacidad de las energías renovables, el camino iniciado hacia un modelo energético limpio, libre de residuos y de emisiones y que sea económicamente viable.
En este proceso, ahora toca centramos aún más, en cuanto a seguridad. Porque lo sucedido en Japón nos obliga a revisar todos los protocolos de seguridad con los que hasta ahora nos regíamos, no sólo en nuestro país, sino también en todos aquellos países que disponen de tecnología nuclear aplicada a la generación eléctrica. Por lo que es necesario un acuerdo internacional, un acuerdo donde se fijen las mínimas condiciones que han de cumplir las centrales nucleares que ya están en funcionamiento y también las que en el futuro se creen en aquellos países que tuviesen la voluntad de incorporar nuevos reactores nucleares.
Para nuestro Gobierno, hay una condición irrenunciable: aquellas centrales nucleares que no superen las pruebas de estrés a las que van a ser sometidas, en función de ese acuerdo internacional de definición del marco de seguridad de las centrales nucleares, deberán ser cerradas con carácter inmediato.
En estos días, prácticamente toda la ciudadanía expresa su preocupación sobre la situación que se está viviendo a nivel mundial. Ante esto, el punto de partida de nuestro país es, por un lado hay un acuerdo de Consejo de Ministros respecto a una central nuclear que ya ha alcanzado su umbral de vida útil, los cuarenta años, y que por lo tanto requiere un tratamiento específico, y por otro, que al resto de centrales nucleares que tienen un calendario de cumplimiento de vida útil situado entre los años 2021 y 2028 habrá que incorporarles esas exigencias en el futuro. Pues es desde este punto del que se toman decisiones para garantizar aún más la seguridad.Y ¿qué piensa el PP? ¿Tu lo sabes? Sigue con su juego: donde dije digo, digo Diego.
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