Para hablar de la SGAE, tenemos que remontarnos al 2007, cuando la Asociación de Internautas la denunció ante la Fiscalía Anticorrupción por estafa, apropiación indebida y fraude en relación a con una sociedad llamada SDAE, que es la división digital de la SGAE.
La SDAE es una sociedad mercantil en la que el Ministerio de Cultura NO tiene ninguna competencia de fiscalización sobre ella.
Si atendemos por tanto a la propia sentencia del Tribunal Constitucional 196/1997 de 13 de noviembre, dice claramente que el Ministerio de Cultura NO tiene competencia para ejercer las funciones de control, inspección y vigilancia de las entidades de gestión. Establece que las únicas competencias del Ministerio de Cultura son la de autorizar la creación de las entidades de gestión y la de revocar esa autorización.
Aún así, como la transparencia de las entidades de gestión ha sido y sigue siendo una prioridad para el Ministerio de Cultura, así como también, el defender a los autores y los derechos de autor; en el año 2008 y 2009 se pidieron, desde el propio Ministerio de Cultura a la Agencia Estatal de Evaluación de la Calidad (AEVAL), los pertinentes informes acerca del funcionamiento de la SGAE, informes que todos ellos, tuvieron un resultado positivo.
En todo este proceso y “escándalo”, la máxima prioridad del Ministerio es la de que se esclarezcan todos los hechos y se llegue hasta el final de la investigación; por eso se han mostrado dispuestos al 100% a colaborar con la Audiencia Nacional en todo lo que se le requiera.
Merece la pena recordar además, que el Tribunal Constitucional ya declaró nulos los apartados del artículo 159 de la Ley de Propiedad Intelectual que le otorgaban estas funciones, tal y como se ha reconocido por parte tanto de la Ministra de Cultura como del Ministro de Justicia.
Finalmente, deseamos que la SGAE sea un organismo transparente y cumpla con su cometido: la protección de la propiedad intelectual y no otra cosa.
La SDAE es una sociedad mercantil en la que el Ministerio de Cultura NO tiene ninguna competencia de fiscalización sobre ella.
Si atendemos por tanto a la propia sentencia del Tribunal Constitucional 196/1997 de 13 de noviembre, dice claramente que el Ministerio de Cultura NO tiene competencia para ejercer las funciones de control, inspección y vigilancia de las entidades de gestión. Establece que las únicas competencias del Ministerio de Cultura son la de autorizar la creación de las entidades de gestión y la de revocar esa autorización.
Aún así, como la transparencia de las entidades de gestión ha sido y sigue siendo una prioridad para el Ministerio de Cultura, así como también, el defender a los autores y los derechos de autor; en el año 2008 y 2009 se pidieron, desde el propio Ministerio de Cultura a la Agencia Estatal de Evaluación de la Calidad (AEVAL), los pertinentes informes acerca del funcionamiento de la SGAE, informes que todos ellos, tuvieron un resultado positivo.
En todo este proceso y “escándalo”, la máxima prioridad del Ministerio es la de que se esclarezcan todos los hechos y se llegue hasta el final de la investigación; por eso se han mostrado dispuestos al 100% a colaborar con la Audiencia Nacional en todo lo que se le requiera.
Merece la pena recordar además, que el Tribunal Constitucional ya declaró nulos los apartados del artículo 159 de la Ley de Propiedad Intelectual que le otorgaban estas funciones, tal y como se ha reconocido por parte tanto de la Ministra de Cultura como del Ministro de Justicia.
Finalmente, deseamos que la SGAE sea un organismo transparente y cumpla con su cometido: la protección de la propiedad intelectual y no otra cosa.
1 comentarios:
Pero como que no tiene el Ministerio de Cultura nada que decir sobre este asunto.En primer lugar el que se lleven la pasta de nuestro pais,el que tendria que empezar a decir algo -creo yo- es el Ministerio de Hacienda.Despues de que la Ministra de Cultura venga de donde viene, despues del batacazo que se sufrio con el asunto Canon.Ahora el Gobierno pasaba por alli.Que dificil debe ser escribir cosas de las que no se esta convencido.Pero claro quien manda manda.
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