viernes, 2 de septiembre de 2011

Confío en la decisición tomada por mi Gobierno y mi Partido




Para entender la propuesta de reforma debemos situarnos en el escenario en el cual se produce para acordar incluir la estabilidad presupuestaria en el marco constitucional así como la cuestión de referéndum.
En relación al escenario hay que remontarse al Consejo Europeo del 21 de julio donde se aprobó el segundo rescate de Grecia, acertado en las medidas y cuantías pero que se está retrasando por la tramitación institucional tanto de la UE como de cada país miembro; donde se autorizó al BCE a comprar deuda de los países afectados por las tensiones especulativas; y donde se habló, por primera vez, de reforzar los mecanismos de control de la estabilidad presupuestaria. Luego llegó agosto, un mes en el que vivimos las tensiones del pacto sobre el nivel de endeudamiento en EEUU que generó la rebaja de la calificación de su deuda; vivimos directamente los ataques a las deudas soberanas de España e Italia y a los bancos franceses, que se resolvieron con la prohibición de las operaciones bursátiles a corto y sobre todo con la compra, por parte del BCE, de deuda en el mercado secundario de los países afectados por los ataques especulativos.
Como consecuencia a estos ataques, Italia y España anuncian y aprueban nuevos recortes del gasto, y Francia y Alemania urgen la aplicación de la solución griega y el establecimiento de mecanismos firmes de estabilidad presupuestaria.
De ahí nace la necesidad de establecer en el marco constitucional la estabilidad presupuestaria. Pero hay que recordar también que ya el 9 de Julio Rubalcaba anunció la necesidad de una economía sana y competitiva como la mejor garantía de mantenimiento de las políticas sociales.
Y es que la estabilidad presupuestaria no es un invento de la derecha sino que es un concepto que aparece en los años 40 en Suecia de la mano de los sindicalistas del partido socialista que insistían en la necesidad de unas cuentas públicas saneadas y una distribución de la riqueza de la mano de los ingresos, pero sobre todo atendiendo a la política de gasto.
El acuerdo alcanzado entre PSOE y PP, no refleja la posición dogmática que reclama el PP de déficit cero en cada ejercicio, sino que refleja la postura socialista recogida ya en la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada en 2006 y que modifica la del PP para permitir que exista margen para hacer políticas anticíclicas, tanto en tiempos de bonanza ahorrando, como en recesión con un margen de endeudamiento limitado pero sólido.
Por tanto, incluir la estabilidad presupuestaria en la Constitución supone una garantía para los ciudadanos, ya que el déficit continuado es malo, puesto que genera una deuda excesiva que hace insoportable la gestión de cualquier Gobierno. El equilibrio presupuestario, entre ingresos y gastos, debe entenderse como una fórmula de buen gobierno, como una cautela para los gobiernos manirrotos, ya sean de izquierdas o de derechas.
En cuanto a la necesidad de convocar si o no referéndum, pues, aunque las formas no admiten razones de peso para el proceso seguido, hemos de atender a las circunstancias excepcionales y urgentes en las que nos encontramos (al escenario anteriormente descrito), así como a la responsabilidad de defender el Estado por encima de cualquier otra circunstancia, lo que hace que deba hacerse mediante Proyecto de Ley, aún sabiendo el gran coste electoral que va a suponer para el PSOE. Pero es que la rotundidad de los hechos económicos descritos y la urgencia de adoptar esta medida para evitar males mayores, impiden demoras o incertidumbres para aprobar esta reforma.
Esta explicación que puede o no ser compartida es la verdad, y describe la realidad de la cruda situación económica que atravesamos. Esta situación es la que a mí personalmente me convence en mis convicciones, totalmente de acuerdo en el fondo y en la necesidad de equilibrar los ingresos y los gastos. En cuanto a la forma, pues ahí es donde no encuentro razones suficientes, porque evidentemente hubiese preferido otro procedimiento, pero es cierto que la situación es extraordinaria y urgente ya que nuestro país puede tener consecuencias muy negativas y para muchos años y eso si que sería hacer un flaco favor a mi país.
Finalmente, Rubalcaba, en el cual tengo plena confianza, me ofrece todas las garantías de que el acuerdo alcanzado para nada pone en peligro el Estado de Bienestar, puesto que la sostenibilidad futura y la mejor garantía para nuestro Estado del Bienestar es que no se financie con deuda pública.
Así pues… con todo lo dicho… y siendo consciente del coste electoral y del enfado ciudadano que supone, y aunque es verdad que hubiese preferido otro procedimiento, entiendo que la situación que vivimos (la cual creo sinceramente que no llegamos a ser consciente de lo dura y “jodida” que es) hace que se tomen medidas extraordinarias y urgentes como ésta, porque a lo mejor otra cosa sería peor para el futuro de mi país aunque ahora en el presente mi sensación fuese más satisfactoria, confío en Rubalcaba.

Y un pensamiento en voz alta, alguién se ha puesto por un momento en la piel del Presidente Zapatero? tampoco seamos tan injustos porque cuando se toman medidas como esta por algo será, y además a tres meses de unas elecciones generales... El tiempo, seguramente, pondrá a Zapatero en el lugar que le corresponde durante su etapa como Presidente, aunque su final hoy se vea con tristeza...

1 comentarios:

Juan José dijo...

Lo que me pregunto es por qué ahora creen en ello y hace un año no?
Y lo que me preocupa más, si la economia hubiera estado en buenas condiciones, habrian votado ustedes lo mismo?

Una de dos, o se equivocaban antes o se equivocan ahora.

O es que están votando a favor de algo en lo que no creen simplemente porque lo ven necesario?

Y una ultima pregunta, ante una situacion de 5 años de crecimiento del PIB
{ +2% , +2%, +2%, +1%,-7%}
en promedio todavía no estaríamos en recesión. Como proponen pagar los gastos sociales INTOCABLES ese año?