“No
somos monárquicos porque no lo podemos ser; quien aspira a suprimir al rey del
taller, no puede admitir otro rey”.
Pablo Iglesias, Fundador del PSOE.
La
abdicación del Rey Juan Carlos I debería ser el momento de afrontar un cambio
profundo de la Constitución Española, que venga dado por un referéndum
consultivo, como refleja la propia Constitución en su artículo 92, que
manifieste el sentir de los españoles sobre el modelo de Estado. Se debe
afrontar una reforma profunda y necesaria del texto constitutivo donde se
incluyan cambios en el modelo fiscal, territorial y social; una Constitución de
acuerdo a las necesidades de los tiempos que vivimos y nacida del diálogo y
consenso de tod@s.
El
modelo que hasta ahora se ha respetado de la monarquía parlamentaria es una
demostración del sentido de Estado que nos caracteriza, con el objetivo de
garantizar los acuerdos necesarios que nos permitieran un crecimiento
democrático en nuestro país, tras casi cuatro décadas de dictadura y que nos
permitiera crecer y avanzar.
Pero
ahora, es otro momento, momento de cambios, por lo que un modelo de Estado
decidido por sufragio de toda la ciudadanía española, tal y como recoge la república
sintonizaría mucho más con la sociedad actual. Vivimos momentos en los que la
sociedad pide cambios en el sistema, pide participación y quiere que se le
consulte. Además sería la única manera de que el heredero pudiese salir o no
refrendado por su pueblo.
Soy
demócrata y socialista, por eso siento un gran compromiso por el progreso
político y social y no puedo concebir que la Jefatura del Estado
recaiga sobre alguien que no haya sido elegido por el conjunto de los
ciudadanos y que el único mérito sea la herencia o el linaje.
Lo
mejor es, y más en estos momentos tan convulsos, que la máxima representación
del Estado la ostente alguien que surja de la legitimidad que garantiza la
confianza que se plasma en las urnas; también si el elegido es Felipe VI.
Finalmente,
la defensa de la República
como modelo de Estado está ligada al compromiso del buen gobierno, del civismo,
el diálogo, el consenso, la igualdad y la solidaridad. Valores, todos ellos,
que deberían suscribir tod@s los aspirantes a gobernar.
Lo
único que pedimos los republicanos es que, en nuestro país, tod@s podamos
decidir libremente quién ocupa nuestra Jefatura del Estado.
Salud.
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