Terminamos con ETA y lo hemos conseguido entre todos. Muchos han trabajado con firmeza, tenacidad y dureza para lograr este fin que ahora celebramos; como dijo Zapatero se ha logrado por la confianza de todos los españoles en la democracia, en la libertad y en España.
Algún día, recordaremos cuánto ha hecho por conseguir la paz Zapatero, y cuántas barbaridades se le han dicho. No hace falta enumerarlas, pero muchos las tenemos presentes y las recordaremos, y sólo el paso del tiempo, pondrá a cada uno en su sitio.
Estos días están llenos de emociones y satisfacciones porque comienza una etapa nueva sin terrorismo; y al mismo tiempo, momentos de tristeza, porque esta gran noticia llega tarde y ha dejado a muchas víctimas a lo largo del camino.
El anuncio de la banda se ha producido porque se han dado cuenta que su fanatismo no ha servido para nada. Y ahora tenemos que celebrar, que los que mataron ya han dejado de matar. Y tenemos que evitar que se reescriba la historia, y para eso tenemos que tener presente el dolor y el sufrimiento que hemos padecido a lo largo de todos estos años, como bien dijo Zapatero “la nuestra será una democracia sin terrorismo pero no una democracia sin memoria”. Para tener un marco de convivencia, ETA tendrá que reconocer el dolor causado a sus víctimas y a sus familias y pedir perdón, así podremos construir un país donde prevalezca el entendimiento, la tolerancia y la concordia.
Y este logro se lo debemos al conjunto de los españoles, al conjunto de los que han luchado por la libertad y la democracia. Porque la conquista que ha logrado la democracia es una victoria de todos y todos debemos de seguir caminando juntos. Se ha demostrado que la unidad y el tener una democracia sólida es la mejor garantía para avanzar.
Hemos vencido los demócratas porque hemos sabido defender la democracia y el Estado de derecho; porque hemos sabido resistir a ETA, aún cuando caían asesinados compañeros, amigos, concejales, guardias civiles, policías, ciudadanos inocentes… pero nunca hemos renunciado a nuestra libertad, nunca, especialmente los vascos. Todos hemos contribuido a tener un Euskadi con libertad, un país libre para todos, a formar parte de una sociedad justa y digna, donde podemos caminar con la cabeza alta y con la dignidad de saber que la libertad en la que hoy vivimos nos la hemos ganado a pulso.
Algún día, recordaremos cuánto ha hecho por conseguir la paz Zapatero, y cuántas barbaridades se le han dicho. No hace falta enumerarlas, pero muchos las tenemos presentes y las recordaremos, y sólo el paso del tiempo, pondrá a cada uno en su sitio.
Estos días están llenos de emociones y satisfacciones porque comienza una etapa nueva sin terrorismo; y al mismo tiempo, momentos de tristeza, porque esta gran noticia llega tarde y ha dejado a muchas víctimas a lo largo del camino.
El anuncio de la banda se ha producido porque se han dado cuenta que su fanatismo no ha servido para nada. Y ahora tenemos que celebrar, que los que mataron ya han dejado de matar. Y tenemos que evitar que se reescriba la historia, y para eso tenemos que tener presente el dolor y el sufrimiento que hemos padecido a lo largo de todos estos años, como bien dijo Zapatero “la nuestra será una democracia sin terrorismo pero no una democracia sin memoria”. Para tener un marco de convivencia, ETA tendrá que reconocer el dolor causado a sus víctimas y a sus familias y pedir perdón, así podremos construir un país donde prevalezca el entendimiento, la tolerancia y la concordia.
Y este logro se lo debemos al conjunto de los españoles, al conjunto de los que han luchado por la libertad y la democracia. Porque la conquista que ha logrado la democracia es una victoria de todos y todos debemos de seguir caminando juntos. Se ha demostrado que la unidad y el tener una democracia sólida es la mejor garantía para avanzar.
Hemos vencido los demócratas porque hemos sabido defender la democracia y el Estado de derecho; porque hemos sabido resistir a ETA, aún cuando caían asesinados compañeros, amigos, concejales, guardias civiles, policías, ciudadanos inocentes… pero nunca hemos renunciado a nuestra libertad, nunca, especialmente los vascos. Todos hemos contribuido a tener un Euskadi con libertad, un país libre para todos, a formar parte de una sociedad justa y digna, donde podemos caminar con la cabeza alta y con la dignidad de saber que la libertad en la que hoy vivimos nos la hemos ganado a pulso.
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